24/1/11

HISTORIA TRISTE DE UN IPHONE 4

Cuando salió al mercado el gran Iphone 4 todos los locos de las telecomunicaciones, aquellos que temen las relaciones cara a cara, decir las cosas de cara o simplemente oír una voz amiga o todos los que necesitan acceder a un flujo de datos por trabajo desde cualquier lugar; nos vendieron que este terminal además de ser lo último y mejor en el campo disponía de un chasis o cristal externo más resistente que el de un avión.

Bien, hace cuatro meses adquirí esta joya tecnológica, tanto porque me gusta el diseño y trabajo de Apple, cómo por una serie de malos acontecimientos que no vienen a cuento. En ese momento debería haber contratado un seguro, ya que el teléfono en si libre vale 600 euros y siempre hay que  prever que los accidentes pueden ocurrir, pero así somos los primates superiores, a mi eso no me va a pasar.

Durante este tiempo he cuidado el teléfono lo mejor que he sabido poniendo le incluso fundas que protegieran la supuesta  pantalla indestructible. Por mala suerte alguna que otra vez se me había caído pero el teléfono había conseguido quedar intacto. Pero esta vez, hace dos días, fui a sacar la cartera del bolsillo con la muy mala suerte que el Iphone decidió que también era hora de salir del bolsillo. Fueron unos segundos interminables mientras el pequeño aparato negro giraba dando vueltas dirección al suelo, guiado por la tenebrosa ley de Gravitación Universal. 



Cómo ya he dicho el pobre ya se había llevado algún que otro castañazo antes pero siempre sobreviviendo. Pero esta vez era su hora, tal cómo toco el suelo se oyó aquel ruido fatídico de cristal roto. Con pulso tembloroso lo recogí del suelo y efectivamente el chasis delantero (que básicamente es un vidrio) estaba rajada por todos los lados.

Con pulso tembloroso lo sostenía en la mano, recordando una por una las leyes de Newton. Con cara de jilipollas lo iba mirando esperando que por arte de gracia se arreglará sólo, pero eso nunca paso. Cuando comencé a ser consciente de la realidad otra vez empece a mirar si la pantalla táctil funcionaba , las cámaras, el altavoz... todo funcionaba pero con un bonito entramado de fisuras en toda la pantalla. Durante todo el Domingo empece a revisar por internet si mi compañía de línea de teléfono podía ayudarme a arreglarlo, investigar por foros si no era el único primo que le había pasado y que soluciones existía para arreglarlo.

Una de las mejores ideas que tuve fue consultar el servicio técnico de Apple. En su página web esta muy bien detallado cada paso e incluso te detallan que tipo de cobertura te da tu garantía. Obviamente ninguna garantía en el mundo cubre la imbecilidad del usuario, pero si que vi que Apple arregla este tipo terminal fuera de garantía por un precio estándar de 200 euros. Esta cantidad es una pasta pero para ser un teléfono que libre cuesta 600 euros ya me pareció casi razonable. 

Así que después de confirmarlo por foros, y dado que en estos casos siempre es mejor irte a la casa que fabrica el dispositivo, concerté una cita para una Genius Bar (servicio técnico de Apple para averias) en la Apple Store de la Maquinista. También existe la opción de llamar a Apple y que ellos te envíen un mensajero, pero en este caso prefería hablar con una persona cara a cara.

Ni corto ni perezoso me plante al día siguiente en la tienda a primera hora de la mañana, ya que o arreglaba el teléfono o me quedaba con uno que funcionaba pero con una pantalla que me producía 15 úlceras distintas en el estomago l ver la pantalla. Me atendieron muy bien, explique muy brevemente mi historia y enseñe el terminal al chico que me atendía. Tal cómo vio la pantalla puso la misma cara de dolor que puse yo cuando vi el estropicio de mi pantalla. En estos casos es mejor ser sincero e ir al grano, le dije al chico que entendía perfectamente que esa ruptura no la cubría la garantía, pero si que me lo podían arreglar fuera de ella corriendo yo con los gastos.  El chico me dijo que no se podía arreglar ya que realmente la pantalla era el chasis del teléfono, es decir que cualquier golpe es absorbido por el vidrio. En ese momento el pánico comenzó ha adueñarse de mi alma. Para tranquilidad mía enseguida el chico me dijo que me darían uno nuevo por el mismo precio de la reparación, iba a irme de la tienda con un teléfono nuevo. Al final de la transacción Apple se queda mi teléfono roto formateado y yo me quedo con uno nuevo, que tal cual te lo dan lo restauras con la copia de seguridad que hayas hecho en tu ordenador con el antiguo. Con el terminal antiguo supongo que Apple lo arreglara, porque si es posible, y lo venderá libre cómo teléfono restaurado a mitad de precio. Yo creo que por mi patosidad Apple se reembolsará entre 350 y 400 euros. 

En conclusión mis únicos consejos para todo usuario de smartphone es que siempre hay que tener mil ojos con estos aparatos, quizás no sea tan descabellado contratar algún seguro y que siempre que tengáis algún problema con algún dispositivo electrónico vayáis directos a la casa. 

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